lunes, 19 de diciembre de 2011

La crisis eleva al 22% los jóvenes que ni estudian ni trabajan


La crisis está dejando descolgados a muchísimos jóvenes. En España, 800.000 ciudadanos entre 18 y 24 años ni estudia ni trabaja. Representan uno de cada cinco, una de las cuotas más elevadas de la Unión Europea. En los tres últimos años han empeorado las cifras de la llamada generación ni-ni. En 2008 suponían el 13,9% de los europeos de 18 a 24 años y en 2010 eran ya el 16,5%, según alerta un reciente estudio del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop). Y todo indica que los datos de 2011 van a ser todavía peores.
Hay grandes diferencias entre los distintos países de la UE. Y España, con un paro juvenil cercano ya al 50%, está entre los que tienen peores datos: son el 22,4% (en 2008 eran el 17%, y un año antes, el 13,8%). Con más de 800.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan, unos 280.000 más que en 2007 (si se cruzan los porcentajes de la Encuesta Europea de Fuerza del Trabajo de Eurostat con los datos del padrón del INE), España ocupa el quinto puesto de la Unión en este preocupanteranking. Por delante están Letonia (22,5%), Irlanda (24,1%), Italia (24,2%) y Bulgaria (27,8%). Donde menos hay es en Holanda (5,9%) y Luxemburgo (6,9%). Este último está en el grupo de los únicos cuatro países que han logrado reducir sus cifras durante la crisis, junto a Alemania Malta, de forma levísima, Bélgica.
“Es difícil hacer generalizaciones para toda Europa, pero lo que parece estar ocurriendo es que los jóvenes están siendo víctimas del paro (esto ha sido peor en países como España), pues son los más fáciles de despedir; y de los recortes de las ayudas sociales. En Reino Unido se espera que bajen un 20% en los próximos tres años, además de lo que ya se han reducido”, señala Neil Lee, economista del instituto de investigación The Work Foundation, de la Universidad de Lancaster.
El catedrático Psicología Social de la Universidad de Valencia José María Peiró distingue dos grandes grupos de jóvenes bajo la etiqueta deni-ni (ni estudian ni trabajan). Primero, los que lo son porque no les queda más remedio: han fracasado en los estudios y no encuentran trabajo. Segundo, los de tipo “sabático”, que se toman un tiempo antes de ponerse a trabajar, al final o en medio de los estudios. “Lógicamente, estos tienen salario de reserva, quizás por la familia”, añade.

Precisamente el apoyo familiar —más en los países del sur de Europa—, junto con las ayudas sociales y el trabajo sumergido —el Ministerio de Economía estimó a principios de 2011 que la economía sumergida en el 20% del PIB español—, amortiguan el impacto social de una cifra como ese 22,4% de ni-nis.
Aventurar cuántos jóvenes pertenecen a cada situación es realmente complicado, pues la encuesta europea simplemente señala a los jóvenes parados o inactivos que no han estudiado, ni siquiera un cursillo de inglés o de informática, en el último mes. Y en realidad las variantes son infinitas: el que encuentra trabajo pero lo rechaza por las malas condiciones del empleo o porque tiene que desplazarse; el que vuelve a estudiar, pero se frustra y lo deja (en Madrid, se titula solo el 10% de los matriculados en escuelas de adultos, según CC OO); el que decide agotar el paro antes de ponerse otra vez manos a la obra; el que se desanima tras mucho tiempo buscando empleo...
Sin embargo, parece claro que el primer grupo que señala Peiró, el de los que no trabajan porque no pueden, y ni se les pasa por la cabeza retomar los libros, crece en medio de la crisis. Sobre todo en un país como España, que ha mantenido durante toda la década un porcentaje de abandono escolar temprano cercano al 30%, aunque ahora haya bajado al 28%. Fue en 2008 cuando en España empezó a crecer mucho la cifra de ni-nis y se disparó en 2009, precisamente cuando todos esos jóvenes escasísimamente formados empezaron a engrosar masivamente las filas del paro.

Más de 800.000 españoles de 18 a 24 años ni estudiaba ni trabajaba en 2010
Es decir, que son precisamente los más vulnerables los que están engordando la estadística, asume el catedrático de Economía de la Pompeu Fabra José García-Montalvo. “Las tasas de paro que han crecido más rápidamente son las de los jóvenes con menos formación; a diferencia de otras crisis anteriores, mucho más rápido que las tasas de desempleo de los universitarios”, señala.
Así, no hay trabajo, y el reenganche en el sistema educativo se hace complicado, no solo porque a los jóvenes les pueda costar más o menos tomar la decisión, sino “la escasa relevancia de los programas de segunda oportunidad para mejorar la formación de los alumnos que abandonan”, señala el profesor de Economía de la Universidad de VigoAlberto Vaquero.
Aparte de iniciativas puntuales, los recursos públicos para jóvenes que dejaron los estudios sin el título más básico, el de ESO, se concentran en las escuelas de adultos, que en muchos puntos del país se están saturando. El alumnado ha crecido un 13% entre 2008 y 2011, rondando el 50% de subida en Asturias, Baleares y La Rioja, y el 27% en Navarra, Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana. Y eso que esas cifras reflejan el crecimiento que esas escuelas están siendo capaces de asumir, no la demanda real.
“Las mayores carencias [del sistema educativo] se encuentran en la escasa oferta en la formación de adultos, especialmente relacionada con ciclos formativos de FP y el limitado uso, por parte de las Administraciones autonómicas, de la formación que facilite el acceso a estos ciclos”, señalaba CCOO en un reciente estudio sobre cómo están afectando los recortes presupuestarios a la educación. Además, la Formación Profesional tampoco da abasto: unos 40.000 alumnos, según la central, se quedan cada año sin la plaza en los estudios que habían solicitado; algunos estudian otra cosa, donde encuentran sitio; muchos otros, la mayoría, abandonan su intento de estudiar.
Pero no todo son recortes. Vaquero también asegura que España presenta problemas de “falta de adecuación de la formación recibida a lo que demandan las empresas” y “carencias formativas generalizadas”. “Es necesario apostar por un mayor dominio de otras lenguas y por un creciente uso de las tecnologías”, añade.

Dos años después...

J. A. A.
“Al principio estás a gusto en casa, sin trabajar, pero ahora ya me estoy agobiando”. Álvaro es una de las más de 800.000 personas que en España engrosan la estadística de jóvenes de 18 a 24 años que ni estudian ni trabajan. Este cántabro de 23 años empezó a trabajar con su padre, dueño de varios negocios inmobiliarios, cuando terminó el instituto. Pero hace dos años, por la dificultades que trajo consigo la crisis y el final de la burbuja inmobiliaria, los negocios empezaron a ir mal y Álvaro se quedó en paro.
Podía haber seguido estudiando sin grandes dificultades, pues no forma parte de las estadísticas del fracaso escolar ni del abandono educativo temprano de España que, con un 28,4%, es de las más altas de Europa. Él lo dejó una vez que había conseguido el título de bachillerato. Sin embargo, no se planteó retomar los libros cuando quedó desempleado porque pensó, simplemente, que ya no tenía sentido por se le había “pasado el tiempo para eso”.
Ahora, dos años después de estar viviendo de sus menguantes ahorros y, sobre todo, de sus padres, con algún que otro trabajo esporádico e informal —“Nadie te hace contrato para hacer un extra de fin de semana de camarero”, confiesa—, sí se plantea volver a estudiar. Cada día, cuenta, se va cruzando con amigos, antiguos compañeros del instituto, que han decidido volver a retomar los libros en vista de lo mal que están las cosas; así que él ha empezado también a darle vueltas a la idea de prepararse la Selectividad para empezar una carrera universitaria. “Pero para más adelante”, dice. De momento, Álvaro está pensando en comprar una licencia de taxi; con un préstamo de la familia, por supuesto.
Fuente; http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Generacion/ni-ni/estudia/trabaja/elpepusoc/20090622elpepisoc_1/Tes

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La figura del Educador Social en centros escolares.


Debido a la diversidad social y cultural que hay presente hoy en día en la comunidad educativa, los educadores han de trabajar desde los valores, integración multicultural, convivencia o mediación son algunos de los aspectos sociales que deben atender.
 La figura del Educador Social representa un papel como profesional capacitado para resolver conflictos y situaciones de riesgo que interfieren en la actividad formativa. La intervención del Educador Social es de especial ayuda en centros educativos donde un alto porcentaje es población inmigrante o minorías étnicas, donde hay regularmente situaciones conflictivas. 
El educador es competente para actuar en la prevención y solución de problemas de conductas, absentismo escolar, violencia o xenofobia, también funcionan como agentes de intervención social que se desarrollan en el entorno educativo como el familiar. 
Cito algunas de las actividades que pueden desarrollar los Educadores Sociales en los centros educativos:

  • Control de absentismo, fracaso escolar y violencia.
  • Programas de convivencia en el centro,.
  • Desarrollar programas de integración social.
  • Atención individualizada para alumnos con dificultades de adaptación.
  • Acogida y acompañamiento de alumnos inmigrantes.
  • Animación sociocultural.
  • Crear espacios de mediación de conflictos.

viernes, 2 de diciembre de 2011

La escuela 2.0 avanza hacia el futuro a dos velocidades distintas


La llegada de los ordenadores a las aulas fue recibida con escepticismo por una parte del profesorado, que pensó que esta fiebre tecnológica convertiría a los alumnos en analfabetos con dominio del teclado. Todavía quedan resistencias en los claustros, pero nadie puede negar la realidad: el 93% de los alumnos de 15 años de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) asiste a una escuela en la que tiene acceso a un ordenador y prácticamente el mismo porcentaje (92,6%) dispone de acceso a Internet.
La XXVI Semana Monográfica de la Educación de Fundación Santillana analizó a fondo la semana pasada como están digiriendo los centros esta transformación del paradigma que les empuja a la escuela 2.0. "Es inevitable añadir tecnologías a las clases, porque así funciona el mundo que nos rodea. De hecho, la única manera de que la velocidad del cambio no nos arrastre es saber manejar las herramientas digitales", apuntó el presidente del Grupo Santillana y director de las jornadas, Emiliano Martínez.
En efecto, se está dotando de muchos medios a colegios e institutos, pero no todos les sacan el mismo rendimiento. "Los alumnos están muchas veces más formados que sus maestros", reconoció uno de los docentes, quien denunció que los cursos de formación se limitan a unas pocas horas. "El sistema educativo está demasiado falto de recursos como para que la alfabetización digital funcione. La falta de personal no nos permite tener coordinadores TIC [Tecnologías de la Información y la Comunicación] la mayoría del material llega tarde, es antiguo y no funciona", protestó otra profesora del instituto madrileño Eijo y Garay. Los educadores reclaman soluciones más eficientes.

Pragmatismo

Un ejemplo de pragmatismo es el que se lleva a cabo en el colegio público Daniel Martín de Alcorcón (Madrid). "Nuestros alumnos no tenían posibilidades para tener un ordenador en casa, así que les ofrecimos eso", relata Nuria Jurado, jefa de estudios del centro. Ahora tienen tres pizarras digitales y dos aulas de informáticas que tienen que compartir todos los alumnos. "La escasez de recursos no puede lastrar el aprendizaje de los chicos. Se puede compensar con una organización esmerada", defiende. "Tampoco hay que plantearse grandes objetivos. Hay que tenderle una mano a todo el mundo. Nosotros hemos conseguido que todos los profesores sepan lo que es un pendrive, que los padres consulten materiales en Internet y que sus hijos hagan intercambio de correos electrónicos con alumnos de otras escuelas europeas", cuenta satisfecha.
En el otro lado de la balanza se encuentran los que van por delante. En Madrid, esa diferencia se nota ya desde la misma dotación de infraestructura, pues el Gobierno autónomo no aceptó tomar parte en el programa del ministerio Escuela 2.0 y diseñó su propia iniciativa que prefirió ir extendiendo poco a poco. Por ejemplo, en Madrid, hay 15 centros de innovación tecnológica que trabajan con un cableado de Red con extensión a todas las aulas, espacios wifi y clases equipadas con 30 puestos informáticos. Tienen unos pupitres que permiten ocultar la pantalla que no se esté utilizando. Además, el equipo del profesor está conectado a dos pantallas, una táctil, que le permiten interactuar con las computadoras de los alumnos.
El modelo de un ordenador por alumno (que es el adoptado en la mayor parte de España con Escuela 2.0, que incluye el reparto de miniportátiles) permite una mayor autonomía al estudiante en el uso de las TIC y, sin embargo, su acogida es muchas veces más bien tibia, según el experto de la Unesco y redactor del documento básico de las jornadas Francesc Pedró. La inversión que requiere solo se justificaría con un uso intensivo que, hoy por hoy, no se exige en la enseñanza primaria y secundaria. Por eso, muchos centros han decidido sustituirlo por patrones colaborativos.
Las conclusiones de los interlocutores de la XXVI Semana Monográfica de Educación hacen pensar que la alfabetización digital puede democratizar aún más la educación, pero la sociedad necesita tiempo para asimilarlo.




jueves, 1 de diciembre de 2011

¿Qué es un Educador Social?


El Educador Social
  • Es un agente educativo el cual interviene en el ámbito sociocultural, en las estrategias y contenidos educativos. Mejora de calidad de vida y ayuda a personas con dificultades sociales o en riesgo de exclusión social. En definitiva mejora el proceso de socialización.
  • Un educador social suele trabajar junto  a otros profesionales sociales como; Pedagogos, Psicólogos, Trabajadores sociales...
  • El fin de la educación varían según las necesidades de cada persona, las principales funciones son:
    • Informar, observar, contactar, planificar, lograr, implicar, coordinar, mediar, posibilitar, dinamizar...
  • Las principales áreas de actuación  de un educador social son:
    • Animador sociocultural
    • Educador de adultos
    • Educador en centros especializados(E.E)
    • Educador de calle
    • Agente de igualdad
    • Mediador  social
    • Mediador familiar
    • Asesor de programas de educación social
    • Educación ambiental
    • Intervención en drogodependencias
  • Esta es la información que he recopilado a modo orientativo de lo que es un Educador Social.